domingo, 4 de enero de 2015

De como nació y creció mi pasión por La Balsa



Es obvio que de chicos teníamos un acceso remoto a todo lo que se producía culturalmente. De manera que había que pescar la cosa. Si salía un disco que te gustaba, debías convencer a tu viejo o hermano mayor de comprarlo o esperar que justo lo engancharas en la radio para disfrutarlo.
En los ’70 llamabas a la radio y hasta podías estar largos minutos  ntercambiando con el conductor mismo. Eso pasaba con un programa llamado “El tren fantasma” donde si tenían lo que pedías, lo pasaban incondicionalmente.

Pero estamos en los ’60 y Los Gatos grababan La.balsa.

Yo tenía 9 años y estaba sorprendido (la imagen es en el patio de mi casa) escuchando El.rey.lloró. Siempre por la radio porque mi hermano, que ya era adolescente y laburaba, nunca compró un disco de ese conjunto o grupo (que así se nombraban a las bandas en aquellos tiempos). Al mismo tiempo escucharía La balsa por todos lados. En las radios de cualquier casa o comercio, en el tocadiscos de alguien que ya lo había comprado. Se trataba de un verdadero boom.

Claro que no podía dilucidarlo, pero algo sospechaba. Digo, esos dos discos aparecieron casi al mismo tiempo y el asunto de un rey humanizado ya me parecía medio siome. Ni hablar cuando hizo lo propio Sui.Géneris en tanto ya estábamos grandecitos. Como le huía a los Sui que eran los favoritos en los fogones de los campamentos!... pero esa es otra historia y claro que había canciones de ellos que también me gustaban y cantaba.

El caso es que la letra de La balsa era una exposición existencial de una altura mayor sintetizada en tres o cuatro imágenes.

Y claro, años después se iba a develar el misterio…
Volviendo al momento y al impacto, estoy diciendo que esos hitos nos atan a etapas del pasado como un hilo conductor único e invariable. Aún hoy sigo sintiendo que es el disco más maravilloso que pude escuchar en el marco de lo que en ese preciso momento comenzaba a denominarse "Rock nacional".
Un tema fundacional, una canción que expresa todo tu ser. Un grito de auxilio y resignación levantado con la nostalgia del futuro.

La Balsa, digo, es esa canción única y maravillosa. Luego Almendra iba a grabar canciones extraordinarias. Esas que quedaron estampadas en el primer álbum y que escuché en el caso de Muchacha, de primera mano, porque mi hermano sí había comprado ese simple que en su reverso incluía Ana.no.duerme, otro estallido de la existencia pero a mano para que cualquiera de nosotros, chicos de la época, pudiéramos asirlo como integrado en nuestra propia alma incipiente.
El lado B de La Balsa era otro discazo: Ayer.nomás. Ni idea de quien era su firmante, Moris, con el que años después pude llevar un par de charlas intensas para advertir que aparte del vedetismo y la mascarada que iba a inundar el ambiente, había un tipo simple, humano, íntegro, del cual mi preceptor me haría conocer esa maravilla de obra que fue 30.minutos.de.vida.
Y allí estaba Ayer nomás, en versión desgarrada, con todo el aire pesado de la ciudad del que este mismo muchacho nos daría luego la salida con su maravilloso ....pronto.amanecerá. Y su coautoría recaía en nada menos que su gran amigo Pipo.
Pero la cosa es que Moris había considerado de vital importancia la difusión del rock cantado en castellano y así es que le dio la venia a Los Gatos para que hicieran su versión, light, pero no por eso menos interesante.

Pero La Balsa… Los Gatos eran unos monstruos. Si repasás los nombres de sus integrantes podés constatar lo gran músicos que eran. Y con el toque de Ciro y la voz resonante de Nebbia hicieron una versión única. La cual no se hubiera podido hacer mejor, definitivamente.
Pero vos leías los autores y un: "Nebbia/Ramsés" te imponía cierto misterio.
-"Quién es Ramsés" habré preguntado un par de veces para que me contestaran un par de personas grandes que no tenían la menor idea.
Y que parte de La balsa era de uno y que parte del otro?
Mi hermano me explicaba que el "Lennon y McCartney" era de obligación contractual y que la mayoría de las canciones de Los Beatles o eran de uno o eran del otro.
Ok, pero que tenía que ver el tal Ramsés con Los Gatos?...

1967 dijimos. Seis años después, en 1973 iba a tener en mis manos ese álbum único de Tanguito (que no era otro que el mismísimo Ramsés), que armó Jorge Alvarez donde La.balsa era el tema de cierre. Y allí aparecía Javier Martínez, el cantante y batero del trío Manal, diciéndole enfática y repetidamente al muchacho que cantaba que La balsa era de él (y solo de él) siendo que la había compuesto en el baño del bar La Perla de Once.
Sellado. Pero por registro propio, yo lo había sellado de alguna manera antes en la sospecha que siguiendo el raid de Los Gatos, jamás a mi entender Litto hubiera podido escribir esa canción. Quiero decir, no veía la menor posibilidad.
Claro que compuso el rosarino canciones maravillosas. En esa misma época lo fui a escuchar más de una vez al Coliseo y andaba entre Despertemos.en.América y Muerte.en.la.catedral Casi nada! Cuanto talento y que poesía.
Pero La balsa en el ’67… imposible. Pero La balsa, en cualquier época, imposible. Porque La balsa se sale de época, se le escurre al tiempo y eso corría en las venas del alma de algún otro. Estaba seguro.
De todas maneras me producía cierta incomodidad que en cada recital de Litto fuera invariablemente un grupo de personas a reprocharle a viva voz que se había afanado La balsa.
Litto jamás les respondió. Y esto lo presencié antes de enterarme quien había sido Tanguito.

Pero antes de la salida del album de Tanguito, que reveló la leyenda al conocimiento general, ya había escuchado su canción de apertura en la propaganda de Telas Extesa. Su parte inicial, que era la que tomaba esa publicidad y que me había encantado y que podía escuchar entonces de manera completa, conociendo así a su intérprete. Y que dicha canción se llamaba Natural.
El caso es que Tanguito también según dicen, había afanado letras, músicas y guitarras... pero a La balsa la creo toda suya, aunque solo es una cuestión de creencias. Seguro que Litto la completó pero para mi que no fue más que un auxilio y la coautoría es otra cosa. Pero uno nada sabe y solo expresa su intuición. La cual puede ser acertada o equivocada, claro.

Que puedo hacer hoy que sigo escuchando La balsa con la misma sensación de expansión de vida y angustia que en aquella mi niñez? Convenir que si Los Gatos no la hubieran grabado jamás hubiera sido "La balsa". Esa Balsa.
Porque lo que no podía Litto en la poesía lo pudo y cómo en la interpretación.
La pescó en el aire y la mandó al aire. Digo, la sensación del mensaje de Tanguito.
Entonces La balsa hubiera sido otra cosa. Hubiera sido la versión cruda, legítima, desesperada, fantástica pero comprimida que nos dejó su autor en su interpretación que pudimos conocer en el '73.
Y allí radica la diferencia fundamental entre una y otra versión. Los Gatos le dieron la expansión que no tenía. Y La balsa es antes que nada, expansión.

Muchos fueron los que luego hicieron su versión del tema, los que lo cantaron a su manera. Pero nadie jamás superará la versión de Los Gatos.
Siendo directos podemos decir que Litto se afanó esa mitad de autoría, pero lo compensó cuando interpretó con Los Gatos esa, su versión ideal.

Que no había necesidad? Y claro, nunca dejó de ser de Lennon y McCartney With.a.little.help.from.my.friends, en tanto el cover espectacular que hiciera Joe Cocker y que vaya a saber quien arregló para que resultara casi que otra canción. Pero así quedó en la historia y nunca se me ocurrió, habiendo atravesado la maraña de desencuentros y reproches que dejó a su paso La Balsa, dejar de disfrutarla en lo más mínimo, así, tal cual la grabaron Los Gatos.



1 comentario:

  1. Bueno, me siento como Pedro de Mendoza o el ficticio Don Rodrigo Díaz de Carreras...
    Tremenda entrada te habías mandado! Y yo que habré pasado de largo, o estaría distraído o faltaba poco para caer en tu sitio.
    Todo lo que me contás es la historia, la oficial y la otra, también la de el niño que quedó anonadado, pero es algo que yo viví con otra perspectiva, y con otros artistas.
    Lo que hacían Lennon y McCartney supieron imitarlo por acá Solari y Beilinson, y hoy en día cualquiera de los dos puede tocar las canciones de los Redondos arriba de un escenario sin que nadie reclame nada.

    Me dan ganas de desafiarte a realizar una nueva entrada así, de nuevo, pero para el formato blog lo que hacés hoy en día de dos o tres (o cinco) párrafos es más ameno. Pero... como lo nuestro ya es algo casi romántico, quién sabe que es lo mejor que se puede hacer. Tal vez como tanguito dejar algo perfecto, crudo y único.

    Abrazo amigo!

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