miércoles, 4 de abril de 2012

Supremo


Ayer vi en "Canal Encuentro" el raconto de las instancias en que Coltrane grababa ésta, su famosa y espléndida suite.
Quiero compartirla entonces.


«Era a finales de verano, o a principios de otoño, porque esos días hacía buen tiempo en Nueva York», recuerda Alice (su pareja) «En el piso de arriba había una zona que no ocupábamos y a la que casi nunca íbamos, a veces un pariente venía de visita [y] allí era donde lo alojábamos. John solía subir, se llevaba algo de comida de vez en cuando, y se pasaba las horas meditando sobre la música que oía en su interior.» Cuando bajó tenía esa alegría, esa paz en el rostro, tranquilidad. De manera que le dije: «Explícamelo todo, no te hemos visto en cuatro o cinco días...». Él dijo: «Ésta es la primera vez que me ha llegado toda la música que quiero grabar, en una suite. Ésta es la primera vez que lo tengo todo, todo listo».

Tres meses después, Coltrane entró en el estudio de grabación para dar forma a sus meditaciones en un álbum en el que se combinaba música y significado, un álbum que no se parecía en nada a lo que había hecho hasta aquel momento. “A Love Supreme” era el título que ya había escogido para ese ambicioso proyecto. A Love Supreme es la suite de jazz en cuatro partes que John Coltrane grabó en el curso de una noche con el pianista McCoy Tyner, el bajista Jimmy Garrison y el baterista Elvin Jones. Sorprendió a Coltrane en un punto culminante de su trayectoria creativa: la cristalización de los últimos tres años como parte de aquel famoso cuarteto, antes de virar hacia la fase final y más discutida de su carrera. Después de llegar a los comercios y a las ondas radiofónicas, en febrero de 1965, menos de dos meses después de su grabación,

A Love Supreme se convirtió en un éxito de ventas en los círculos jazzísticos, y se escuchaba tanto en los dormitorios de los colleges como en los pisos de los guetos, en las esquinas de Harlem y de Haight-Ashbury: un disco unificador encumbrado gracias a la oportunidad del momento en que salió. «A Love Supreme llegó e influenció a toda la gente que estaba por la paz», recordaba Miles Davis. A mediados de los sesenta, A Love Supreme destilaba los temas de la década: el amor universal y la conciencia espiritual. «En los sesenta, estamos en la época de las religiones orientales, la nueva espiritualidad y el Hare Krishna, y ésa era la matriz de donde provenía Trane... y encajó perfectamente», señala el saxofonista Archie Shepp. A Love Supreme nunca ha pasado de moda, y a través de los cambios, con el paso de las décadas, desde el optimismo de cielos azules hasta la dureza del hastío, la relevancia de la música y su mensaje han permanecido constantes. «Sé que hay mucha gente que ni tan sólo quiere escuchar música de cinco, cuatro años atrás», comenta Alice Coltrane. «Pero A Love Supreme tiene un espíritu de renovación propio... es intemporal, es eterna.»

Ashley Kahn, 2002

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3 comentarios:

  1. Este es uno de esos discos imprescindibles. No puede ser que adonde vayan tengan un disco de Enya y no este (?).

    Offtopic pero no tanto, yo había conseguido un disco triple de Coltrane, The Impulse! Years. Y me lo afanaron. Hijos de...

    Ah, otro disco que encuentro siempre en muchas colecciones de gente amiga es el de Vangelis, Chariots of Fire.

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  2. Jaja.

    Se fue de esta vida Coltrane temprano, demasiado pronto.
    Y el yogurt light nos ha chorreado discos envueltos en páginas de libros de autoayuda.

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  3. hola ¿por casualidad sabes qué documental pasaron en canal encuentro ? saludos y gracias por la nota.

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