Hacia poco que mi hija menor había aprendido a caminar.
En esas circunstancias uno aprende a estar muy atento.
Cuando vi que el automóvil se arrimaba al cordón y emparejaba su marcha a la de ella, la agarré rápidamente mientras observaba como aquel coche aceleraba al instante para alejarse...
En esos momentos, sonaba fuerte ésta canción:
El relato genera cierto temor compañero. No puedo imaginar lo q habra sido el momento.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ikal
Me quedó grabada a fuego la imagen, Ikal.
ResponderEliminarY el pensar que unos segundos más...
Un abrazo.
Que momento duro, la cantidad de cosas que se te habrán pasado por la cabeza en tan solo minutos, jodida la situación.
ResponderEliminarQue feo che, no se donde vivirás, pero parece ser que ya ni se puede salir a la calle, por mis pagos nunca pasa nada de ese estilo, pero porque es una ciudad chica. Pensar que cuando era chiquito me la pasaba en la plaza andando en bici...
Uuuh, pero esto fue hace 20 años, Jr. En ese momento vivía en el barrio de Saavedra, en Capital; cerca del Parque.
ResponderEliminarLa verdad, fueron segundos; unos pocos más y quedaba jodido de por vida...
Ufff, lo que habrá sido ese momento.
ResponderEliminarMe imagino que lo debés tener grabado como si hubiera sido ayer.
Que suerte que tuviste los reflejos justos para ese momento, porque como bien decís, son segundos.
Me represento esa situación con mi propia hija y se me congela la espalda.
Hay que estar muy atentos con los pibes, Augusto.
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